Calles - Oración, Presencia y Paz (Testimonio de la Campaña de Paz de Roseland)

Este verano hemos visto a Dios respondiendo a la oración en gran manera cuando nos reunimos como un Cuerpo de creyentes para clamar al unísono. El 27 de mayo lanzamos la Campaña de Paz de Chicago en la comunidad de Roseland. Desde esa noche, hemos estado en la calle 119 y Princeton todos los viernes por la noche de 9 pm a 1 am. Hemos visto a más de 10 iglesias unirse para ayudar a cubrir la esquina en oración. Pasamos tiempo en oración grupal, clamando por paz y avivamiento. Pasamos tiempo en adoración, alabando a nuestro Gran Dios. También comulgamos juntos a medianoche y suplicamos que la sangre de Cristo cubra nuestra comunidad.

                Previamente fuimos con el comandante de la policía del Distrito 5 y le preguntamos cuál era el peor rincón de Roseland. Le compartimos nuestra idea y nos dio su bendición. Nos dijo que esta esquina era el eje de la peor violencia en la comunidad. Hemos estado allí ahora por 7 viernes. Tenemos entre 20 y 50 “hombres y mujeres justos de Dios” clamando en “oración ferviente y eficaz”. El representante de CeaseFire vino y nos dijo: “Desde que todos ustedes han estado aquí, no ha habido un tiroteo en toda el área”. ¡Alabado sea Dios por su gran poder!

                ¡No solo hemos visto a Dios derramar Su paz en la comunidad, sino que también lo hemos visto cambiar corazones! Me ha sorprendido la gente que pasa cada viernes por la noche. Algunos escuchan la música y la oración a través de sus ventanas y deciden salir y unirse a nosotros. Algunos están conduciendo y se detienen y se unen a nosotros. También saludamos a cada persona que pasa y les ofrecemos agua, una barra de granola y oración. Muchos están tocados y necesitan oración. Hemos visto a 7 personas hasta ahora terminar poniendo su fe en Cristo como resultado de pasar por aquí.

                Uno de estos individuos era Tia. Tia recibió la barra de granola y estaba muy interesada en que alguien orara por ella. Mientras orábamos, las lágrimas comenzaron a llenar sus ojos. Dios la tocó y pudimos compartir con ella sobre el asombroso y sanador amor de Dios. Terminó quedándose el resto de la noche. En el momento de la comunión, dimos oportunidades para que la gente compartiera un testimonio. Tia se levantó y dijo: “La calle 119 siempre ha sido una maldición para mí porque tomé una sobredosis de drogas 3 veces en esta calle y me violaron 2 veces diferentes. ¡Ahora la calle 119 ya no es una maldición sino una bendición, porque esta noche recibí a Jesucristo como mi Salvador!” También alabamos a Dios por las personas que están siendo alcanzadas durante el día. ¡Hemos visto a 20 personas confiar en Cristo en nuestros alcances Pray Roseland este verano! 

– Marc Henkel, CRU Inner City, Pray Roseland